Introducción
Tameana es una práctica vibracional, es un poderoso trabajo que utiliza energía y vibración generando una experiencia de autodescubrimiento exenta de conceptos y limitaciones mentales. Sólo en el proceso de autodescubrimiento YO SOY capaz de encontrarme, y únicamente yo tengo la capacidad de liberarme de las ataduras que me retienen.
Tameana, en todas sus variantes, se fundamenta en el principio de la simplicidad. Toda práctica efectiva es simple y accesible para todos.
Tameana se presenta como una técnica de sanación vibracional, un potente enfoque que emplea energía y vibración para generar estímulos tanto en el plano físico como en el cuerpo energético de la persona. Su esencia se manifiesta tanto como una vivencia de energía como una práctica orientada hacia la conciencia. Esta técnica fue canalizada por Juan Manuel Giordano en 2007.
En su nivel inicial (Salush Nahí), tiene como objetivo el equilibrio fundamental. La enseñanza pleyadiana subraya la necesidad de comenzar a sintonizar con todo lo que nos rodea.
Tameana se configura como una herramienta, un medio para alcanzar algo que en esencia ya reside en nuestro interior. Los pleyadianos nos instruyen en que el encuentro con lo divino implica encontrarse con nuestra propia esencia interna.
Tameana se manifiesta como una técnica que opera más allá de la lógica convencional, ya que aquí no se rige por la lógica tradicional. En su lugar, emplea la vibración, que tiene sus fundamentos en la física. Cuando el cuerpo vibra en escalas considerablemente superiores de manera constante, se genera una modificación en lo que no se encuentra en sintonía con esa escala vibratoria.
La influencia de Tameana en la persona se traduce en un cambio en su vibración, lo que le permite percibir aspectos o elementos que previamente no eran perceptibles. La práctica de Tameana mueve a la mente de su zona de confort y la lleva hasta el vacío, donde lo que se trabaja desde esta situación se considera perfecto. Donde el sentir es mas importante que el pensar.
Se reconoce que la Tierra está continuamente modificando su vibración. La Tierra comprende que nunca permanecerá inmutable. Por lo tanto, es crucial para alcanzar el equilibrio aprender a adaptarse a los cambios, no por simple capricho, sino porque ese proceso de transformación tiene un propósito. Sin embargo, la cuestión radica en si estamos preparados para elevar nuestras frecuencias. Existe un conflicto en la humanidad, una resistencia a evolucionar, un deseo de no crecer, similar al conflicto que experimenta un adolescente.